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Aforismo
Los celos son la sospecha de haber sido desplazado del centro del mundo.
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Crónica
En la fiesta del sábado, nadie notó al principio cómo Lucía se quedó en silencio. Solo observaba a Martín, riendo con Clara. Su copa de vino temblaba ligeramente. Cuando se fue al baño, algunas comentaron su mirada filosa. Más tarde, Clara encontraría en su bolso un pañuelo rasgado y una nota anónima: “ya lo compartiste bastante”. Nadie supo quién lo dejó, pero desde esa noche, Lucía dejó de asistir a las reuniones.
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Cuento
En un pueblo de dos soles, los habitantes debían escoger a cuál mirar. Quien osaba alternar su mirada entre ambos, era condenado a la ceguera. Un joven, enamorado de dos hermanas, intentó dividir su corazón sin decidir. Los celos de los soles se encendieron. Desde entonces, sobre su casa, llueve fuego todas las noches.
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Diálogo
—¿Por qué estás molesto?
—No estoy molesto. Estoy… verde.
—¿Verde?
—Del tono exacto de tus miradas hacia él.
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Elegía
Lloro por lo que no fue,
por lo que imagino que pudo haber sido.
Celos de un tiempo sin mí,
de un roce que no vi,
de un susurro en otra dirección.
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Ensayo breve
El celo no nace del otro, sino del yo inseguro. Es una forma de autoconciencia violenta, que percibe la atención ajena como amenaza. Quien cela no ama al otro: se teme a sí mismo en su vulnerabilidad. Los celos son narraciones sin pruebas, ficciones angustiosas que destruyen lo que intentan proteger.
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Epístola
Amada mía:
Sé que el problema no es él. Ni siquiera tú. Soy yo, atrapado en un pasillo de espejos donde cada reflejo me muestra perdiéndote. ¿Cómo confiar cuando la mente insiste en imaginar tu voz llamando otro nombre? No me respondas. Solo quería que supieras cuánto me devora este monstruo que inventé.
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Fábula
El ciervo y el faisán eran grandes amigos, hasta que la gacela comenzó a bailar para ambos. El ciervo dejó de hablarle al faisán. El faisán comenzó a burlarse del ciervo. La gacela se marchó. El bosque perdió su música.
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Hipérbole
Sus celos eran tan vastos que cubrían el firmamento. Si ella sonreía a una flor, arrancaba todo el jardín. Si hablaba con el viento, maldecía al clima. Vivía en guerra con cada sombra.
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Leyenda
Dicen que en la Isla de los Cuatro Vientos, dos dioses gemelos se enamoraron de una humana. Para evitar su disputa, la convirtieron en estatua. Desde entonces, los celos de ambos provocan tormentas sobre el mar. Nadie ha sobrevivido al intento de llevarse la estatua.
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Metáfora
Los celos son una casa con todas las ventanas cerradas y una puerta entreabierta hacia el abismo.
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Microrrelato
La vio abrazarlo y sonrió. Luego, en casa, rompió la taza que ella usaba. Solo así pudo dormir.
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Monólogo interno
¿Por qué se ríe con él de esa forma? ¿Siempre lo miró así o es nuevo? No, no puede ser. Me dijo que me amaba. Pero entonces, ¿por qué tiembla su voz al decir mi nombre? Todo esto duele más de lo que debería. O quizás, lo que duele es no saber.
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Poesía
Los celos son cuchillos
que no cortan al otro,
sino al alma que duda,
que se retuerce sola
frente a un gesto neutro
que se vuelve sentencia.
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Poema en prosa
Hoy la vi caminar con él. No iban tomados de la mano, pero mi mente los unía. Cada paso suyo era una puñalada elegante. Intenté no mirar, pero mirar es mi naturaleza. Los celos no son fuego: son humo espeso que ahoga sin quemar. Esta noche duermo en sus cenizas.
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Relato epistolar
Padre:
Lo he perdido. No porque ella se fuera, sino porque otro la mira como yo la miraba. Y yo, como tú me enseñaste, quise ganarla de nuevo. Pero no se gana lo que ya no quiere quedarse. Los celos me han hecho más solo que la ausencia. Perdóname por no haber aprendido.
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Texto filosófico
El celo revela el deseo de ser único en la mirada del otro. Es el intento de apropiarse de lo ajeno a través de la posesión emocional. Su paradoja es evidente: cuanto más se cela, más se aleja aquello que se quiere retener. En el fondo, es un impulso trágico hacia la exclusividad en un mundo de multiplicidades.
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Fragmento onírico
Corría tras ella en un jardín lleno de espejos rotos. Cada vez que alcanzaba su sombra, se desvanecía y aparecía al lado de otro. En un rincón, un niño con mi rostro reía cruelmente. Desperté con una herida en la mano.
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Prosopopeya
Los celos me acariciaron el cuello esta noche. Dijeron: “¿Ves? No es como antes. Ella ya no te nombra igual.” Luego se recostaron junto a mí, murmurando historias que aún no ocurrieron, pero dolían igual.
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Parábola
Un monje cultivaba rosas con paciencia infinita. Un día, un viajero elogió la flor de su vecino. Desde entonces, el monje dejó de regar sus plantas. Murieron todas. Y el viajero nunca volvió.
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Alegoría
En el Reino de la Mirada, cada súbdito debía elegir a quién mirar eternamente. Cuando una mirada se desviaba, los celadores del corazón la atrapaban y la encerraban en la Torre del Celo, donde aprendía a ver sin ver.
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Cápsula poética
Tu risa con otro
es una daga lenta
que aplaude mi sombra.
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Epifanía literaria
No era miedo a perderla. Era miedo a que no me necesitara.
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Texto metatextual
Este texto se escribe como un espía celoso. Vigila a cada palabra, teme que se deslice hacia otros sentidos, que coquetee con significados ajenos. Pero al final, todas las palabras se van.
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Texto hermético
El verde no es color, es grieta. El sonido es eco no dicho. El nombre no se pronuncia, pero se muerde. En la lengua de los celos, todo es sospecha, nada certeza.
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Viaje interior
Bajé por los peldaños de la sospecha. En cada nivel, encontraba recuerdos míos tergiversados. Vi su rostro con otros, aunque sabía que nunca ocurrió. Descubrí que el peor enemigo era la imaginación herida.
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Ensayo fragmentado
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El celo como herida del ego.
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El deseo de exclusividad en un mundo plural.
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La imaginación como verdugo del amante.
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El temor de no ser suficiente.
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Celos como forma de control disfrazada de amor.
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Cuento especulativo
En el año 4001, los celos fueron eliminados del cerebro humano. Sin embargo, algunos comenzaron a sentir una nostalgia inexplicable. Investigadores descubrieron que el amor sin celos era tan aséptico que nadie se atrevía a enamorarse. Crearon una píldora: "dosis mínima de celos". Volvió el deseo. Volvió el dolor.
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Lírica dramática
—Te vi con ella.
—Solo hablábamos.
—Tu voz era distinta.
—¿Y la tuya ahora?
—Llena de miedo.
—Entonces es amor.
—No. Es celos que no quiero que me coman.
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Descripción evocativa
Los celos tenían un sabor metálico, como monedas masticadas. Su aroma era dulce y agrio, como fruta podrida bajo perfume. Se arrastraban como insectos bajo la piel. Sonaban como la carcajada de alguien a quien no se esperaba ver.
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Texto apocalíptico
Y cuando el mundo fue dividido por la posesión y la sospecha, los celos devoraron las alianzas. Nadie confió en nadie. Las palabras se volvieron armas. El fin no vino con una bomba, sino con una mirada desviada.
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Oráculo
Si celas hoy, pregunta a tu reflejo si te ama. Si no responde, es que has sido tú el ausente. No acuses al otro por la grieta de tu alma. El que cela, cava su pozo. El que confía, arriesga el vuelo.