Locura

Aforismo

La locura no es la ausencia de razón, sino su exilio voluntario.


Crónica
En la ciudad sin relojes, los hombres dejaron de distinguir el día de la noche. Cada calle fue rebautizada con el nombre de un estado mental, y la plaza principal se llamó Delirio. Allí, los ancianos contaban historias que nadie entendía, los niños reían sin causa, y los perros ladraban en idiomas muertos. Un día llegó un forastero con un espejo en la mano. Todos huyeron al ver su reflejo. Nunca volvió a saberse de él.


Cuento
Clara hablaba con las lámparas. Cada una tenía una personalidad distinta. La del comedor era sarcástica; la del baño, tímida; la de su cuarto, su confidente. Un día, las lámparas comenzaron a responderle con una lógica que solo ella comprendía. Los vecinos decían que estaba loca, hasta que una noche, toda la ciudad se apagó, menos su casa. Las lámparas habían elegido a su reina.


Diálogo
—¿Por qué sigues pintando con sangre?
—Porque el rojo es el único color que me escucha.
—Eso no tiene sentido.
—Precisamente.


Elegía
A ti, razón muerta, te lloro sin lágrimas.
Tu cuerpo yace bajo las ruinas del yo.
Fuiste faro, fuiste cadena.
Hoy solo me quedan tus cenizas ardiendo en cada alarido que me arranca el insomnio.


Ensayo breve
La locura es el último refugio de quienes se atreven a mirar más allá del telón de la realidad. No se trata de enfermedad, sino de desobediencia. El loco niega el consenso, dinamita los pilares de la normalidad y transita con libertad por territorios que otros temen nombrar.


Epístola
Querido hermano,
He descubierto que los muros de este sanatorio son más porosos que los de nuestra antigua casa. Aquí las voces tienen nombre, los fantasmas me traen café, y el cielo se abre como una herida hermosa. No me busques. Estoy empezando a entenderme.


Fábula
Un cuervo enloqueció al ver su reflejo cada día en el lago. Decidió arrancarse las plumas una a una hasta no reconocerse. Así, sin identidad, voló más alto que nunca. Moral: Quien pierde la razón, gana la altura del abismo.


Hipérbole
La locura era tan vasta que ocupaba galaxias enteras, sus gritos estremecían los cimientos del universo, y su risa rompía relojes en mil planetas simultáneos.


Leyenda
Cuenta la aldea que en la montaña vive un sabio que solo habla con las piedras. Los forasteros que suben a buscar consejo regresan con los ojos vacíos, repitiendo números imposibles. Dicen que el sabio conoció la verdad, y enloqueció para sobrevivirla.


Metáfora
La locura es un jardín sin jardineros donde florecen pensamientos carnívoros.


Microrrelato
Firmó su nombre con la saliva del espejo. Al día siguiente, el mundo se deshizo en tinta.


Monólogo interno
¿Quién soy si no el eco de mis propias contradicciones? Me dijeron que la realidad era sólida, pero mis manos la atraviesan. Hay una música debajo de los muros, y yo la sigo, aunque los doctores frunzan el ceño.


Poesía
Arde la mente en un fuego sin leña,
los relojes se doblan como sauces dormidos,
camino de espaldas por dentro de mí,
y en cada sombra nace un dios sin nombre.


Poema en prosa
Mi lengua aprendió a hablar en espejos. Cada palabra es un eco deformado de un pensamiento que nunca fue mío. Bebo del pozo donde los cuerdos se ahogan. Hay un orden secreto en mis delirios, pero nadie quiere leer el mapa.


Relato epistolar
17 de marzo
Padre, el hospital ha dejado de ser prisión. Ahora es un templo. Los demás pacientes han comenzado a orbitar a mi alrededor. Me llaman Profeta del Ruido. Yo solo les ofrezco las voces que me habitan. No me esperes. He sido elegido.


Texto filosófico
La locura, entendida como alteración del logos, puede ser vista no como patología, sino como revelación. El loco, en su marginalidad, desmantela las estructuras de poder del lenguaje. No niega el mundo; lo reimagina.


Fragmento onírico
Subía una escalera hecha de latidos. Al llegar al último peldaño, me esperaba mi yo de cinco años con un cuaderno en blanco. Me dijo: “Escribe tu nombre sin pensar”. No supe qué letra poner primero.


Prosopopeya
La locura me habló con voz de terciopelo roto. Me dijo que siempre estuvo a mi lado, susurrándome nombres de estrellas muertas. Le ofrecí mi almohada. Desde entonces, duerme conmigo.


Parábola
Un rey construyó un palacio en medio del desierto para esconder su tristeza. Contrató bufones que reían sin pausa, escultores que tallaban sueños. Un día, descubrió que el palacio no tenía puertas. Él mismo había sellado su entrada. Rió tanto que el desierto floreció en su nombre.


Alegoría
En un país gobernado por espejos, un niño rompió el primero. Las astillas le cortaron los ojos, pero comenzó a ver lo invisible. Lo llamaron loco y lo exiliaron a la niebla. Desde entonces, los espejos tiemblan al amanecer.


Cápsula poética
Sangra el reloj de las horas que no viví.
Mi sombra baila con formas imposibles.
Locura: nombre secreto del viento.


Epifanía literaria
Comprendí que no estaba loco cuando el mundo dejó de tener sentido. Era el mundo el que deliraba, y yo, apenas un testigo lúcido de su fiebre.


Texto metatextual
Este texto duda de sí mismo. No sabe si es narración o grito. Está escrito por una mano que tiembla y una mente que canta fuera del pentagrama. ¿Puede un texto enloquecer?


Texto hermético
Escala el dodecaedro de símbolos invertidos. Cruza la puerta en la médula del tiempo. Allí, la cuerda vocal es serpiente. Habla el número ciego. Entiende quien ya ha olvidado.


Viaje interior
Descendí por los pasillos de mi cráneo. Las paredes estaban cubiertas de dibujos infantiles y ecuaciones sin resolver. En el centro, una mujer me ofreció un espejo. Vi a todos los que fui y ninguno me reconoció.


Ensayo fragmentado
I. El delirio como forma de resistencia.
II. La lógica, jaula de barrotes invisibles.
III. Escuchar voces es dialogar con lo reprimido.
IV. Lo racional como dogma.
V. La locura: lengua franca de los márgenes.


Cuento especulativo
En el año 3021, la locura fue legalizada como forma de expresión política. Los nuevos líderes hablaban en acertijos y tomaban decisiones en base a sueños. Fue el periodo más pacífico de la historia humana.


Lírica dramática
(En escena, una mujer descalza habla a la luna)
¡No me ignores, testigo de mi desorden!
¡Yo, que bebí del cántaro de voces,
que escribí cartas al silencio,
que bailé con cuchillos sin filo!
La razón me expulsó,
pero tú, luna enferma, aún me miras.


Descripción evocativa
La habitación olía a tinta vieja y a miedo. En las paredes, palabras inconexas escritas con crayón. Una cama sin sábanas. Una ventana clavada con clavos de voz. Allí vivía alguien que reía como si supiera el final del universo.


Texto apocalíptico
Cuando la cordura cayó, el cielo se partió en dos y llovieron ideas no pensadas. Los cuerdos fueron devorados por su lógica, y los locos ascendieron como profetas del caos. El mundo no terminó: comenzó a soñar.


Oráculo
Si oyes campanas donde no hay torres,
si las piedras te hablan sin moverse,
si el silencio te responde,
entonces abre los ojos del alma:
el laberinto te ha elegido.