Ira

1. Aforismo

La ira no es fuego: es el recipiente que rompe cuando ya no puede contenerlo.


2. Crónica

A las 3:07 de la tarde, rompió el espejo. No por accidente. Dijo que no aguantaba ver su rostro sin cambios. La vecina oyó gritos, pero no llamó. Días después, colgó una manta roja en la ventana. Era su forma de decir: “Yo también lo he sentido.”


3. Cuento

Cada vez que se enojaba, su sombra se separaba del cuerpo y gritaba lo que él callaba. Una noche, la sombra no regresó. Desde entonces, él solo susurra. Pero las paredes gritan por él.


4. Diálogo

—¿Por qué estás gritando?

—Porque si no grito, me rompo.

—Y si te rompes, ¿qué ocurre?

—Tal vez por fin algo cambie.


5. Elegía

No te lloramos con lágrimas. Te lloramos con puños cerrados. Tu ausencia es herida, sí, pero también llama. La ira no es odio: es la forma más ardiente de amor perdido.


6. Ensayo breve

La ira es una respuesta ética al límite. No se trata de perder el control, sino de advertir que algo lo ha cruzado. El problema no es sentir ira, sino negarla. En sociedades adormecidas, la ira es el último resplandor de humanidad.


7. Epístola

Hijo mío:

Perdona si hoy no escribo con ternura. La ira me envuelve. No por ti, sino por lo que te espera. Porque no puedo protegerte de un mundo que aún arde en las cenizas de sus propias mentiras. Esta carta no es consuelo. Es grito en forma de tinta.

Con verdad cruda,

Tu madre.


8. Fábula

Un tigre y un venado discutían sobre la ira. El tigre decía que daba fuerza. El venado, que arrastraba. Un día pelearon. El venado ganó. Porque la ira del tigre era tan grande que no lo dejaba ver. El venado, tranquilo, lo esquivó.

Moraleja: La ira ciega no hiere al enemigo. Te convierte en blanco fácil.


9. Hipérbole

La ira se expandió como lava por la ciudad. Quemó semáforos, retumbó en hornos, sacudió los dientes de los edificios. Hasta el cielo tembló. Y cuando pasó, dejó grietas donde antes había rutina.


10. Leyenda

Dicen que en los montes altos vive una diosa de fuego llamada Ira. No destruye por maldad, sino por tristeza antigua. Cuando alguien la ofende, el bosque entero arde. Solo se calma si alguien le canta con voz temblorosa. Porque la ira, dicen, se calma solo con vulnerabilidad.


11. Metáfora

La ira es una jauría encerrada en el pecho que aúlla cuando no encuentra salida.


12. Microrrelato

Golpeó la mesa. Gritó. Todos se alejaron. Pero solo su hija se acercó y dijo: “Tienes miedo, ¿verdad?” Entonces, lloró.


13. Monólogo interno

Otra vez ese ardor. No en la garganta, no en las manos. En los ojos. Como si todo lo que viera mereciera ser derribado. ¿Soy yo el monstruo, o el mundo me está pidiendo que lo despierte?


14. Poesía

La ira me habita
como un dios sin templo,
ruge en mis huesos
como trueno sin lluvia.

No busco paz:
busco voz.


15. Poema en prosa

La ira no siempre ruge. A veces tiembla. Se esconde tras un “estoy bien” que no engaña. Camina por la columna, sube a la garganta, pero no estalla. Solo espera. Hasta que un gesto menor la incendia. Y entonces, todo lo no dicho se vuelve llama.


16. Relato epistolar

A quien no debí callar:

Esta carta no es una disculpa. Es una confesión. La ira me salvó del silencio. No fue bella. No fue justa. Pero fue mía. Hoy la abrazo como se abraza al niño que llora con rabia porque nadie lo escuchó.

R.


17. Texto filosófico

La ira no es enemiga de la razón: es la voz ética cuando la razón ha sido violentada. Solo el sujeto que ha sido herido y aún cree en la justicia puede enfurecerse. La ira es memoria activa del daño.


18. Fragmento onírico

Soñé con una ciudad hecha de cristal. Al menor ruido, estallaba. Caminaba descalzo. Pero alguien gritó mi nombre. Todo se rompió. Y aún así, me sentí libre.


19. Prosopopeya

La ira me tomó del cuello y susurró: “No vengo a destruirte, sino a señalarte lo que ya no puedes soportar.”


20. Parábola

Una mujer guardó su ira en frascos. Los selló con fuerza. Pero un día uno se rompió. El vapor llenó su casa. No mató a nadie. Pero nadie volvió a mirarla igual. Desde entonces, habla. No grita. Pero ya no calla.


21. Alegoría

En un reino de mármol, la ira era barro. Todos la despreciaban. Pero cuando llegó la sequía, solo el barro retuvo vida. Desde entonces, nadie la nombra, pero todos la temen.


22. Cápsula poética

Un temblor
que no cesa:
la ira
no pide
permiso.


23. Epifanía literaria

Me di cuenta de que no era maldad, ni dolor. Era ira. Y eso significaba que aún sentía.


24. Texto metatextual

Este texto se escribió con ira. Por eso corta. Por eso arde. Por eso no pide disculpas por sus puntos finales.


25. Texto hermético

Arde.
No por fuera.
Por dentro del silencio.
Donde el grito se suicida
antes de ser pronunciado.


26. Viaje interior

Cerré los ojos para calmarme. En mi centro, encontré una figura de mí, pero sin voz. Gritaba sin sonido. La abracé. Y gritamos juntos. Luego, se deshizo.


27. Ensayo fragmentado

  • La ira se gesta en la injusticia.

  • No es enemiga del amor, sino de su ausencia.

  • El control de la ira no es represión: es transmutación.

  • Escucharla es evitar la explosión.


28. Cuento especulativo

En la Nueva Sociedad, la ira estaba prohibida. Los que la sentían eran “desviados”. Pero un grupo comenzó a reunir relatos de rabia. Los llamaron “historiadores del fuego”. Un día, uno gritó frente a todos. Nadie lo detuvo. Ese fue el inicio del cambio.


29. Lírica dramática

(Una figura envuelta en rojo.)

—¿Tú también la sientes?

—Cada vez que callo.

—¿Y por qué no gritas?

—Porque aún espero que alguien me entienda.

(Silencio. Luego, un rugido.)


30. Descripción evocativa

La ira huele a cables quemados, a pan que se quema sin aviso. Suena como puertas cerrándose de golpe. Se instala en la espalda, aprieta los puños. Y luego, solo queda eco.


31. Texto apocalíptico

El mundo no acabó por bombas ni asteroides. Acabó cuando todos gritaron al mismo tiempo y nadie escuchó. La ira se volvió atmósfera. Y nadie supo respirar.


32. Oráculo

No temas a tu ira.
Ella sabe lo que tú aún callas.
Escúchala.
Pero no la habites.
Porque quien vive en el fuego,
deja de ver la luz.