Miedo



1. Aforismo

El miedo no te impide morir: te impide vivir antes de hacerlo.


2. Crónica

La noche del 23 de julio no hubo viento, ni truenos, ni voces. Pero el barrio entero cerró ventanas como si un presagio invisible cruzara las calles. En la casa de los Luján, el perro no ladró, y eso bastó para que supieran: el miedo no necesita razón, solo un espacio donde asentarse.


3. Cuento

Nadie recordaba desde cuándo el pueblo dormía con las luces encendidas. Una figura sin nombre aparecía solo en las casas donde alguien soñaba en voz alta. Laura, de seis años, dijo su deseo una noche: “Quiero conocerlo.” Desde entonces, en su casa no hay luces, ni voces, ni recuerdo de su nombre.


4. Diálogo

—¿Sientes eso?

—¿Qué?

—El silencio. Se está acercando.

—No hay nada.

—Exacto. Y ese “nada” es lo que más me asusta.


5. Elegía

A ti, que vivías entre paredes construidas con suspiros contenidos, te dedico este lamento. El miedo te impidió bailar bajo la lluvia, decir “te amo” sin temblar, cruzar la calle sin mirar tres veces. Hoy lloramos no tu muerte, sino tu vida no vivida.


6. Ensayo breve

El miedo es una invención biológica para sobrevivir, pero el ser humano lo espiritualizó. Lo convirtió en dios, en política, en estética. Nos enseñaron a venerarlo como prudencia, pero en realidad lo cultivamos como coartada. Vivimos bajo su sombra para no enfrentarnos a nuestra libertad.


7. Epístola

Querida hermana:

Hoy volví a sentirlo. No como amenaza externa, sino como un temblor desde la médula. El miedo ya no me grita. Susurra. Y eso es peor. Me dice que no cruce, que no responda, que no mire. Pero esta vez escribo para decirte que sí lo haré. Porque escribirte esto ya es desobedecerlo.

Con valor que finge no temblar,

T.


8. Fábula

Un búho y un conejo debatían sobre el miedo. El búho decía que el miedo era sabio, que salvaba. El conejo decía que el miedo era tirano, que paralizaba. Un cazador disparó. El búho voló. El conejo no se movió. El disparo no los alcanzó. Pero solo el búho volvió a hablar.

Moraleja: el miedo no siempre salva, pero siempre decide por ti si no lo enfrentas.


9. Hipérbole

El miedo era tan grande que necesitaba su propio calendario. Se extendía por las paredes, dormía en los colchones, hablaba por las bocas de los niños. Su peso era tal que inclinaba las ciudades, y su sombra era tan antigua que oscurecía hasta los recuerdos felices.


10. Leyenda

En un bosque sin nombre, se dice que vive una criatura que no se ve, no se oye, no se toca. Solo se siente. Se manifiesta cuando el caminante duda. Cuanto más retrocede, más fuerte se hace. Algunos la llaman espectro. Otros, miedo. Los pocos que han salido del bosque, no la niegan. Pero tampoco la explican.


11. Metáfora

El miedo es un pasillo largo donde todas las puertas están entreabiertas pero ninguna conduce a la salida.


12. Microrrelato

Abrió el armario para demostrarle a su hijo que no había nada. Adentro, solo estaban los abrigos. Excepto uno. Ese nunca lo compraron. Ni lo habían visto antes. Olía a ella, pero ella llevaba meses desaparecida.


13. Monólogo interno

No es racional. Lo sé. No hay nada en el pasillo. Pero si no enciendo la luz, lo siento respirar. Si enciendo la luz, lo veo sonreír. ¿Cómo se combate un miedo que está tanto en la luz como en la sombra?


14. Poesía

El miedo es un latido
que se repite sin sangre,
una mano sin carne
que toca sin tocar.

Es la duda que mira
desde dentro del espejo
y no devuelve la mirada.


15. Poema en prosa

El miedo no entra por la puerta: ya estaba cuando naciste. Te enseñó a caminar con pasos cortos, a hablar en voz baja, a mirar con cuidado. Se sienta contigo a la mesa, duerme en la costura de tus sábanas, y a veces te dice: “Yo soy lo que te queda cuando todo lo demás se va.”


16. Relato epistolar

A quien aún puede dormir:

Te escribo desde la hora en que todo tiembla. El miedo no llega con formas: llega con ausencias. Ya no hay pájaros. Ya no hay relojes. Ya no hay recuerdos sin grietas. Si ves esto, significa que aún tienes lenguaje. Usa las palabras como antorchas.

Resiste.

R.


17. Texto filosófico

El miedo no es una emoción más: es la raíz de toda conciencia. Tememos porque comprendemos la posibilidad del fin, y esa conciencia es lo que nos separa del instinto. Sin miedo no hay ética. Solo hay repetición. Pero con exceso de miedo, ya no hay libertad. Solo hábito.


18. Fragmento onírico

Caminaba por un teatro vacío donde las butacas respiraban. En el escenario, una niña recitaba mi nombre con la voz de mi madre. El miedo no era ella. Era el aplauso que vino después, sin manos, sin público.


19. Prosopopeya

El miedo me habló en un idioma que yo ya había olvidado. Me tocó el hombro con dedos de humo y dijo: “No vine a impedirte nada. Solo a recordarte quién eras antes de querer atreverte.”


20. Parábola

Un hombre construyó un muro para protegerse del miedo. Luego otro, y otro. Finalmente, construyó uno sin puerta ni ventana. Allí vivió seguro. Y solo. Y muerto en vida. El miedo no lo mató: lo convenció de enterrarse antes de tiempo.


21. Alegoría

En una ciudad donde las estatuas cambiaban de lugar por las noches, nadie hablaba del miedo. No porque no existiera, sino porque cada vez que alguien lo nombraba, su estatua aparecía al día siguiente con la boca sellada. Solo los niños lo dibujaban con tizas que duraban una sola noche.


22. Cápsula poética

Hay un crujido
antes de cada decisión.
Es el miedo
afilando el silencio.


23. Epifanía literaria

El miedo no me paraliza: me ubica. Comprendí esto al ver cómo temblaba justo antes de besar, de huir, de escribir. El miedo no es un muro: es la línea que divide lo que soy de lo que aún no he sido.


24. Texto metatextual

Este texto es un truco. Te dice que hablará del miedo, pero te lo provoca. Usa pausas que inquietan, adjetivos que rozan, un tono que insinúa. Y cuando creas que ha terminado, descubrirás que el miedo no estaba en lo dicho. Estaba en lo que aún no se escribió.


25. Texto hermético

La figura cruza cuando el reflejo tiembla. El miedo no está en la figura, sino en su reflejo. No se nombra. No se toca. Pero se replica si lo miras más de dos segundos. Nadie recuerda cómo empezó. Pero todos lo sueñan antes de morir.


26. Viaje interior

Me senté a observar mi propia respiración. Conté cada inhalación como si fuera una soga. El miedo surgió no de la falta de aire, sino de darme cuenta de que ya no necesitaba respirar para seguir sintiendo. ¿Cuánto de mí era ya del otro lado?


27. Ensayo fragmentado

  • El miedo no viene del futuro: nace del pasado no resuelto.

  • Es un espejo de lo que no enfrentamos.

  • No lo combatimos con valentía, sino con presencia.

  • Todo acto creativo es una batalla contra él.


28. Cuento especulativo

En una sociedad perfecta, los ciudadanos ya no sentían miedo. Lo habían extirpado del ADN. Vivían en paz, sin sobresaltos. Pero cuando algo nuevo apareció —un fenómeno inexplicable— nadie supo qué hacer. Murieron sin correr. El miedo no los mató. La falta de él, sí.


29. Lírica dramática

(Una figura en escena, arrodillada, con el rostro oculto.)

—¿Estás ahí?

(Una segunda voz, invisible.)

—Siempre.

—¿Qué quieres?

—Que sepas que existo.

—¿Por qué yo?

—Porque tú sí escuchas cuando tiembla el aire.

(La figura se levanta. El escenario se oscurece.)


30. Descripción evocativa

El miedo tenía textura de escalofrío antiguo, de sombra familiar. Se sentía como una pausa sostenida en medio del habla. Su sonido era el del silencio que queda cuando alguien decide no entrar en casa.


31. Texto apocalíptico

El cielo se volvió blanco. No por luz, sino por vacío. El miedo no estaba en lo que venía, sino en que nadie lo mencionaba. Las ciudades dejaron de sonar. El miedo no gritó: se instaló como atmósfera. Y así terminó el mundo: sin terror, pero saturado de miedo.


32. Oráculo

Escucha, criatura del tiempo:

No intentes escapar. El miedo no es camino. Es el mapa.

No luches. El miedo no se vence: se transforma.

No preguntes. Ya sabes la respuesta.

Solo cruza.