Tristeza

1. Aforismo

La tristeza no cae: se posa.


2. Crónica

La tarde en que la plaza quedó vacía, no hubo lluvia ni guerra. Simplemente, nadie salió. Las ventanas se cerraron temprano y los árboles dejaron de mecerse. Los pájaros cantaron, pero nadie los oyó. Así comenzó la tristeza colectiva: no como explosión, sino como ausencia de todo.


3. Cuento

Un niño heredó una caja cerrada con un lazo gris. Su abuelo le dijo que contenía tristeza, pero que no debía abrirla hasta ser adulto. El niño la escondió bajo la cama. Cuando cumplió treinta años, la caja desapareció. Y desde entonces, cada vez que ríe, algo le tiembla en el pecho.


4. Diálogo

—¿Estás triste?

—No. Estoy lleno.

—¿Lleno de qué?

—De lo que no dije cuando aún había tiempo.


5. Elegía

Hoy la tierra llora contigo. Tu voz calló en medio de una canción que no supimos terminar. No lloramos por tu ausencia, sino por lo que no alcanzamos a decir mientras aún estabas. La tristeza es ese eco que ya no responde.


6. Ensayo breve

La tristeza es memoria en forma de sensación. No es derrota, sino testigo. Nace cuando el tiempo se vuelve consciente de sí mismo. La evitamos como si fuera enfermedad, pero en realidad es lenguaje: dice lo que no pudimos transformar.


7. Epístola

Querida R.:

Hoy la tristeza se sentó conmigo sin avisar. No trajo lágrimas, sino una especie de silencio más espeso. Recordé tu voz en una canción y entendí que ciertas ausencias no duelen: pesan. No quiero que me consueles. Solo que me leas.

Tu amigo,

E.


8. Fábula

El lirón y la luciérnaga conversaban sobre la tristeza. El lirón decía que era sombra; la luciérnaga, que era faro. Un día llovió sin tregua. El lirón se escondió. La luciérnaga voló. Cuando escampó, ambos entendieron: la tristeza no es oscuridad. Es camino húmedo que nadie quiere pisar, pero todos cruzan.

Moraleja: La tristeza ilumina de formas que el gozo no necesita.


9. Hipérbole

La tristeza era tan vasta que doblaba las horas. Se arrastraba por las casas como un manto, apagaba relojes, borraba nombres. Los árboles no crecían, los espejos no devolvían reflejo. Y quienes reían, lo hacían como si se disculparan.


10. Leyenda

En el sur profundo, donde el viento no tiene dirección, vive una criatura de ojos cerrados. No habla. No duerme. Solo escucha. Dicen que recoge la tristeza del mundo y la guarda en sus costillas. Y cuando el mundo está por explotar, respira y la transforma en lluvia.


11. Metáfora

La tristeza es un piano hundido en el fondo del mar: nadie lo toca, pero sigue sonando.


12. Microrrelato

Perdió a su madre y guardó el pañuelo que ella dejó. No lo usó nunca. Cada vez que lo miraba, se sentía abrazado. A los ochenta, lo sacó del cajón. Estaba seco. Pero olía a despedida.


13. Monólogo interno

No es que no quiera levantarme. Es que cada parte de mí discute con otra. El cuerpo dice “hoy no”. El alma dice “nunca más”. La tristeza no me habla: me ocupa.


14. Poesía

Llevo la tristeza
como quien carga agua:
sin derramarla,
pero empapado.

Me moja el alma
sin tocar la piel.
Y canta,
como solo canta
lo que ya no vuelve.


15. Poema en prosa

La tristeza no se presenta. Se instala. Habita las tazas vacías, los saludos sin respuesta, las luces que parpadean más de la cuenta. No grita: murmura. Y en su murmullo, uno se reconoce más de lo que quisiera.


16. Relato epistolar

A quien recuerda:

Te escribo desde el día gris. No porque llueva, sino porque dentro llueve más. Hoy recordé cómo me mirabas antes de hablar. Esa pausa era amor. Y hoy, esa pausa es abismo. Esta carta no busca respuesta. Solo lugar donde llorar en silencio.

R.


17. Texto filosófico

La tristeza no es contraria a la alegría, sino su consecuencia más digna. Allí donde se ha amado, la tristeza no es fallo: es persistencia. Nos hace humanos no por el dolor que causa, sino por la hondura con que permite entender.


18. Fragmento onírico

Soñé que caminaba en una ciudad de lluvia invertida. Las lágrimas subían desde los charcos hasta los ojos. Allí todos lloraban no por dolor, sino para recordar que alguna vez amaron.


19. Prosopopeya

La tristeza me tocó el hombro y me dijo: “No quiero quedarme, pero tampoco sé irme.” Se acostó a mi lado. No hablamos. Pero esa noche dormí más profundamente que nunca.


20. Parábola

Un hombre enterró su tristeza en una maceta. Cada día la regaba. Creció una flor azul. Nadie entendía por qué la cuidaba tanto. Un niño le preguntó. El hombre respondió: “Porque es lo único que me recuerda que sentí.”


21. Alegoría

En un reino donde todos reían, nació una niña que lloraba. Al principio la escondieron. Luego la estudiaron. Al final, la escucharon. Y entonces, por primera vez, el reino entendió la risa.


22. Cápsula poética

Gotea lento
la pena sin nombre.
No cae:
permanece.


23. Epifanía literaria

Entendí que estaba triste cuando una canción alegre me dolió.


24. Texto metatextual

Este texto intenta hablar de la tristeza, pero fracasa. Porque mientras lo escribo, ella cambia de forma, de idioma, de piel. Y lo que queda, no es literatura. Es llanto tipográfico.


25. Texto hermético

Se pronuncia en pasillos sin eco. Habla en relojes que no suenan. La tristeza no llega: ya estaba. Pero solo se muestra cuando se rompe lo que la ocultaba.


26. Viaje interior

Me encontré con una versión mía que aún lloraba por algo que yo había olvidado. Me senté a su lado. No dije nada. Porque a veces, acompañar la tristeza es más valiente que superarla.


27. Ensayo fragmentado

  • La tristeza no es síntoma: es respuesta.

  • Aparece donde hubo luz.

  • No hay tristeza sin historia.

  • Sanar no es olvidar, sino integrar.


28. Cuento especulativo

En el año 3002, se erradicaron todas las emociones negativas. La sociedad prosperó. Pero un niño, accidentalmente, lloró. No sabía por qué. Ese llanto contagió. Y la humanidad, por primera vez en siglos, recordó que sin tristeza, nada tenía sentido.


29. Lírica dramática

(Una figura sentada en el suelo.)

—¿Por qué lloras?

—Porque aún recuerdo.

—¿Y por qué recuerdas?

—Porque olvidar sería traicionar.

(La figura alza la mirada. Llueve.)


30. Descripción evocativa

La tristeza se siente como un nudo en la espalda, un plato frío sobre la mesa, una carta sin firma. Huele a ropa guardada, suena como un piano sin afinar. Y se aloja justo detrás de la risa.


31. Texto apocalíptico

El fin no llegó con fuego ni hielo. Llegó con un suspiro. Nadie gritó. Nadie huyó. Simplemente, dejaron de abrir los ojos. El mundo no explotó: se apagó. Y en el centro, quedaba solo la tristeza, sentada en el trono de lo que ya no era.


32. Oráculo

Si sientes el peso sin nombre,
es ella.
No la ignores.
Te guía donde no quieres mirar,
pero donde habita lo que aún vive.