Aforismo
El egoísmo es el espejismo donde el yo se cree sol, ignorando que apenas es chispa.
Crónica
En la ciudad de los Espejos Rotos, cada quien caminaba con una urna de cristal en la que sólo cabía su reflejo. Nadie miraba a nadie. En las plazas, las estatuas se habían girado hacia sus propios pedestales. Un niño intentó regalar una flor a su madre y fue reprendido por no pensar en sí mismo. Murió joven, de amor no correspondido, mientras el mundo prosperaba en su desolación.
Cuento
La anciana vivía sola, rodeada de relojes que sólo marcaban sus horas. Un día, uno de ellos comenzó a atrasarse. Lo desarmó con cuidado, descubriendo un retrato dentro: ella y su hermana, cuando aún compartían el tiempo. Desde entonces, cada noche, el reloj suena en sueños, recordándole que alguna vez fue dos.
Diálogo
—¿Por qué no compartes tu pan?
—Porque es mío.
—¿Y de quién era antes de que lo tomaras?
—De nadie.
—Entonces, ¿por qué ahora es más tuyo que del hambriento?
—Porque lo tengo.
—Entonces, lo que tienes te define.
—No, lo que tengo me protege.
—¿De qué?
—De ti.
Elegía
Lloré por los hombres que se amaron a sí mismos hasta la tumba,
y no dejaron ni una palabra escrita en la carne de los otros.
No hubo velas, ni cantos, ni memorias.
Sólo el eco de su nombre en una casa vacía.
Ensayo breve
El egoísmo, en su forma más cruda, es una geometría invertida: donde el punto central no irradia, sino absorbe. En nombre de la autonomía, se confunde aislamiento con libertad, y se renuncia al lazo como si fuera cadena. Sin embargo, todo yo se construye en el reflejo del otro. Lo que nombramos “propio” es una suma de préstamos que olvidamos devolver.
Epístola
Querido hermano:
Hoy decidí no compartir el fruto de mi cosecha.
Lo guardé todo, y por primera vez, no tuve miedo.
Pero al caer la noche, el silencio pesaba como deuda.
¿Qué sentido tiene la abundancia si no hay mesa para dos?
Fábula
Un cuervo encontró una perla. Decidió esconderla, lejos del nido, para que ningún otro pájaro la viera. Pero al esconderla tan bien, olvidó dónde la había puesto. Durante años, picoteó la tierra buscando el brillo perdido. Murió ciego, sin saber que la perla era falsa.
Hipérbole
El egoísta construyó una torre tan alta que se deshizo del mundo. Desde allí arriba, no escuchaba súplicas ni cantos, sólo su respiración repetida mil veces, como el eco de un dios solitario que se adora a sí mismo.
Leyenda
Se cuenta que hubo un rey que mandó tallar su rostro en todos los árboles de su reino. Con el tiempo, los bosques se secaron, y los animales huyeron. El último sabio le dijo: “Cuando todo se parezca a ti, ya no habrá nada más que tú.” El rey desapareció, y nadie volvió a nombrarlo.
Metáfora
El egoísmo es una lámpara encendida en un cuarto sin ventanas: ilumina, sí, pero sólo dentro del encierro.
Microrrelato
Encerró su alma en una urna para que nadie la tocara. Al morir, los sepultureros hallaron sólo polvo. El alma, privada de otros, había olvidado cómo existir.
Monólogo interno
Si comparto, pierdo. Si cedo, desaparezco. No puedo permitirme el lujo de ser blando. Me repito esto mientras paso de largo frente al mendigo. Me digo que es justo, que no es mi culpa. Pero algo arde. Tal vez, yo también estoy solo.
Poesía
Soy mi patria y mi exilio,
mi carne y mi prisión.
Todo lo que toco lo guardo,
todo lo que ofrezco es ilusión.
Camino solo por rutas internas,
donde nadie puede entrar.
Mi voz es eco y es puerta cerrada,
mi mundo no sabe amar.
Poema en prosa
Hoy me abracé tan fuerte que me asfixié. Me hablé al oído con la voz de mi madre y me respondí con la indiferencia de un juez. Me miré en todos los espejos, buscando en mí lo que otros me negaron. Pero sólo encontré un yo gastado, sentado sobre una montaña de negaciones.
Relato epistolar
Estimada Clara,
No fue por desprecio que me alejé, sino por exceso de mí mismo. No supe encontrar el espacio para ti dentro de mi universo clausurado. Hoy, al mirar mi reflejo, veo tus ojos en el hueco que dejaste. Perdóname por hacer de mi amor un monólogo.
Álvaro.
Texto filosófico
El egoísmo no es tanto una decisión moral como una configuración ontológica: un yo que se piensa centro del ser, desconociendo la relacionalidad fundamental de la existencia. En esta lógica, el otro no es interlocutor, sino obstáculo. Así, el egoísta no actúa mal; simplemente habita una metafísica del aislamiento.
Fragmento onírico
Soñé que era un árbol, pero mis ramas se curvaban hacia adentro. Daban frutos que nadie podía alcanzar. Un ciervo me miraba, hambriento, y yo no podía moverme. Cuando desperté, sentí raíces en mi pecho.
Prosopopeya
El Ego se levantó de la cama y caminó por la ciudad. Cada espejo lo saludaba, cada sombra lo imitaba. Cuando intentó hablar con el Silencio, éste se negó. “No puedo escucharte —dijo—, porque sólo te hablas a ti mismo.”
Parábola
Un hombre encontró un pozo mágico que concedía todo lo que se deseaba. Al principio, pidió pan, luego oro, luego fama. Pronto, ya no sabía qué pedir. Entonces, deseó que nadie más tuviera acceso al pozo. El pozo, ofendido, se secó. El hombre quedó solo, rodeado de tesoros inútiles.
Alegoría
Un castillo de cristal se alzaba en medio del páramo. Dentro, vivía un príncipe que jamás había visto el mundo exterior. Cada día pulía los muros, asegurándose de que reflejaran únicamente su figura. Un día, el cristal se volvió opaco, y el príncipe desapareció, absorbido por su propio reflejo.
Cápsula poética
El yo se mira,
se nombra,
se adora.
Pero el mundo calla.
Y en el silencio,
se deshace.
Epifanía literaria
Fue al negar una caricia que comprendió:
nadie lo obligaba a cerrar la mano.
Texto metatextual
Este texto se escribe solo, sin lectores. No busca ser entendido, porque no habla para nadie. Su único propósito es persistir, autorreferencial, como el egoísmo mismo: significante sin destinatario.
Texto hermético
No hay otros. Hay ojos que simulan mirada. El lenguaje es trampa, la pregunta, un espejo. Se come al hijo para no compartir la herencia del mundo.
Viaje interior
Caminé dentro de mí y encontré puertas cerradas con mi nombre. Cada habitación tenía un espejo, pero ninguno devolvía mirada. Era yo, sin mí. Era yo, sin el otro. Allí aprendí que el egoísmo no es posesión, sino vacío.
Ensayo fragmentado
- El egoísmo es un refugio construido con miedo.
- ¿Quién teme al otro sino el que se desconoce a sí mismo?
- Dar es exponerse; por eso el egoísta se oculta.
- El yo absoluto es un mito que sangra en la intimidad.
- Amar es admitir la debilidad de necesitar.
Cuento especulativo
En el año 3056, los humanos fueron clonados con una sola programación: preservar el yo. Los vínculos afectivos se consideraban fallas. Pero un experimento fallido dio lugar a un niño que lloraba por los demás. Lo aislaron. Sus lágrimas curaban. Y así, la anomalía salvó la especie.
Lírica dramática
—¡Soy todo para mí!
—Entonces no eres nada para nadie.
—No necesito nada.
—Entonces morirás sin saber qué es ser amado.
Descripción evocativa
Un cuarto de paredes grises, sin ventanas, con un espejo en cada muro. En el centro, una figura sentada, mirándose en todas direcciones, sin ver nada más allá de sí misma.
Texto apocalíptico
Y cuando el egoísmo se hizo norma, las ciudades colapsaron. Nadie acudió a salvar al vecino. Los fuegos ardieron sin que una sola mano se alzara. Al final, el mundo fue habitado por individuos perfectos y absolutamente solos.
Oráculo
Te lo diré sólo una vez:
quien sólo se cuida a sí mismo, se abandona.