1. Aforismo
La gula no tiene hambre: tiene hueco.
2. Crónica
En la ciudad de Las Horas Llenas, todos comían sin pausa. La comida no era por hambre, sino por costumbre, por ansiedad, por olvido. Un niño preguntó un día: “¿Qué comemos cuando no falta nada?” Nadie supo responderle. Desde entonces, dejó de comer. Y comenzó a escuchar.
3. Cuento
Un hombre podía devorar cualquier cosa: muebles, palabras, recuerdos. Un día intentó comerse su soledad. Pero no tuvo sabor. Desde entonces, busca algo que no lo llene, sino que lo deje sentir.
4. Diálogo
—¿Por qué sigues comiendo?
—Porque tengo hambre.
—Pero acabas de decir que estás lleno.
—Lleno, sí. Satisfecho, no.
5. Elegía
Te fuiste con el sabor en la boca de todo lo que no te bastó. Nunca supiste parar. No por exceso, sino por un vacío que no dijiste. Ahora la mesa está puesta, pero nadie toca los platos. Porque aprendimos que comer sin alma también mata.
6. Ensayo breve
La gula es el deseo desbordado que intenta ocupar el espacio del ser. No se trata del acto de comer, sino de consumir para llenar lo que no se nombra. En una sociedad vacía de sentido, la gula es síntoma, no vicio.
7. Epístola
Amigo mío:
Hoy comí por quinta vez sin hambre. No sé si era tristeza, ansiedad o solo ruido. Pensé en ti, que decías que “comer puede ser llanto con sabor”. No me juzgues. Solo escribe. Aunque sea con migas.
Con indigesta sinceridad,
D.
8. Fábula
Un ratón encontró un granero lleno. Se encerró dentro y comió sin parar. Pronto no pudo salir por la puerta. Rogó ayuda. Un cuervo le dijo: “Debes vaciarte para volver a caminar.” Pero el ratón prefirió morir lleno.
Moraleja: Quien come para olvidar, termina recordando desde el abismo.
9. Hipérbole
La gula devoraba ciudades enteras. Masticaba plazas, tragaba estaciones. La gente no comía: se comía entre sí. Y el mundo, convertido en banquete sin fin, olvidó el sabor de lo que realmente nutre.
10. Leyenda
Cuentan que existe un horno mágico que nunca se apaga. Quien come de su pan se siente pleno… por un segundo. Luego, el hambre regresa, multiplicada. Solo quien ayuna frente al horno puede escuchar su verdadero secreto: “No todo lo que arde alimenta.”
11. Metáfora
La gula es una boca sin garganta: traga todo, pero nunca pasa nada.
12. Microrrelato
Comió hasta olvidar su nombre. Pero una noche, entre bocado y bocado, escuchó una voz: “Basta.” Nadie la dijo. Era su estómago llorando.
13. Monólogo interno
Otra vez frente al refrigerador. No tengo hambre. Pero hay un vacío. No en el estómago, sino en el pecho. Tal vez si como algo dulce... Tal vez si lleno la boca, calle el corazón.
14. Poesía
Boca encendida,
lengua sin tregua.
La gula no pide:
exige.
No muerde por hambre,
sino por olvido.
15. Poema en prosa
La gula no tiene rostro, pero se sienta contigo a la mesa. Te acaricia las manos, te dice “sólo un poco más”. No grita, pero susurra con la voz de lo ausente. Y al final, cuando el plato está limpio, tú sigues vacío.
16. Relato epistolar
A quien aún sabe parar:
Yo ya no. Me dejo llevar. Por sabores, por texturas, por la sensación de estar lleno aunque sea por minutos. La gula me abraza cuando todos se van. No me da amor, pero me da presencia. Y eso, hoy, me basta.
S.
17. Texto filosófico
La gula no es mera glotonería, sino síntoma de una fractura ontológica: la imposibilidad de saciedad en un mundo que ha vaciado el sentido. No se trata del cuerpo, sino del espíritu comiendo por desesperación.
18. Fragmento onírico
Soñé que todo estaba hecho de comida: las casas de bizcocho, los autos de masa, las personas de azúcar. Pero nadie hablaba. Todos masticaban. Y en el aire, un olor a tristeza horneada.
19. Prosopopeya
La gula me miró desde el plato vacío y dijo: “No comiste para vivir. Viviste para tragarme.”
20. Parábola
Una mujer cocinaba cada día más, aunque vivía sola. Decía que alimentaba el amor que no tuvo. Un día, dejó de cocinar. Comenzó a escribir. Y por primera vez, no sintió hambre.
21. Alegoría
En el Valle de las Lenguas Eternas, todos deseaban sin tregua. Allí la gula era reina: vestía de oro, comía lágrimas, bebía ansias. Pero un niño sin apetito caminó por el valle sin mirar los manjares. La reina desapareció. Porque la gula solo existe si alguien la desea.
22. Cápsula poética
Pan sin alma.
Boca sin pausa.
La gula muerde
lo que no necesita.
23. Epifanía literaria
Comí hasta doler. Y entendí que ese dolor no venía del estómago, sino del silencio que no supe nombrar.
24. Texto metatextual
Este texto no se sacia con palabras. Pide más. Más imágenes, más metáforas. Es un texto glotón, como la gula: no busca belleza, solo exceso.
25. Texto hermético
Llena sin nutrir.
Besa sin lengua.
La gula es ausencia disfrazada de bocado.
26. Viaje interior
Entré en mí buscando origen al deseo de llenar. Encontré un niño solo, con un pastel frente a sí. Lo miraba, pero no comía. Solo quería que alguien lo mirara mientras lo hacía.
27. Ensayo fragmentado
-
Gula no es apetito.
-
El exceso no alimenta: entretiene el vacío.
-
Comer por ansiedad es llorar con los dientes.
-
A veces, ayunar es la única forma de escuchar.
28. Cuento especulativo
En el futuro, la humanidad se alimenta por cápsulas. Pero algunos, secretamente, comen. No por hambre, sino por nostalgia. Pronto descubren que la gula los conecta con algo ancestral. Y deciden no dejar de saborear el mundo.
29. Lírica dramática
(Una figura lame un plato vacío.)
—¿Qué más quieres?
—Otro plato.
—Pero ya comiste todo.
—No era suficiente.
—¿Y tú?
—Yo nunca lo soy.
30. Descripción evocativa
La gula huele a fritura continua, suena como cubiertos apurados, se siente como piel sudada tras exceso. Su sabor es todo, y ninguno. Porque en el fondo, nada la sacia.
31. Texto apocalíptico
El fin llegó cuando los mares fueron convertidos en sopas, los bosques en ensaladas, los animales en manjares. El planeta fue devorado. Y al final, con la boca llena, la humanidad no encontró nada para respirar.
32. Oráculo
Si comes sin hambre,
no estás alimentando al cuerpo.
Estás enterrando un grito.
Escucha antes de tragar.